Cuando se elabora bien un duelo, vemos que a pesar de nuestra pérdida, la vida continúa, no se detiene, y que siempre hay esperanza.  Que el dolor que sentimos o la tristeza profunda, no dura infinitamente y que podemos aprender a vivir de nuevo felices y con metas y propósitos para un mejor futuro.  Incluso podemos salir de esta etapa más fuertes y con más sabiduría.

¿En que forma se manifiesta una pérdida? 

Depende de la persona, pero algunas de las manifestaciones de pérdida son:

Llanto, tristeza profunda, negación, enojo o ira, resentimiento, depresión, una especie de trueque o promesa con un ser superior, para que nos conceda aquello que pedimos o nos quite aquello que no deseamos.  También hay personas que pierden la fe o las ganas de vivir. 

Sin embargo, la última etapa que es la de aceptación nos permite seguir adelante abriendo un nuevo capítulo de nuestra vida.  Esto no quiere decir que dejemos de recordar aquello que perdimos, pero si, que manejamos mucho mejor la pérdida y hasta salgamos hacia delante más fortalecidos y con una visión distinta de la vida.

muerte
tanatología

 

La meta última del tanatólogo es orientar al enfermo, sus familiares, amigos muy cercanos y a las personas que han sufrido pérdidas significativas, hacia la aceptación de su realidad. Esta aceptación se traduce en esperanza ya que el ver las cosas tal como son nos ayuda a asimilar esta nueva realidad. Esto incluye una mejor calidad de vida, una muerte digna y en paz o la aceptación y resolución de una pérdida significativa, para seguir adelante.